Paradojas
1. En vuelos internacionales nocturnos
Los usuarios de aviones somos una fauna variopinta que también hay que poner en cuarentena. Siempre me he preguntado qué pensarían los tripulantes de cabina allí metidos durante horas y horas, apretados como sardinas entre cientos de caras desconocidas, cada vez diferentes, pero repitiendo siempre los mismos patrones de mala conducta. Se lo limité a Que te pisen y no te pidan perdón.
2. Hacia el celibato
Cualquier viajero que tenga intención de ver un país en desarrollo, debería afluir a un centro especializado en bebedizo del viajero o consultar con un médico antes del viaje. Esta consulta debería realizarse al menos semanas antiguamente y sería preferible antes si se prevé llevar a cabo un alucinación de larga duración o trabajar en el extranjero. Cualquier viajero afectado por una enfermedad crónica debe llevar consigo la medicación necesaria para todo el tiempo que dure el viaje.
1. Nombres propios para los genitales
Existencia o falsa presunción, no hay achares de que existe mucha curiosidad sobre la posibilidad de practicar sexo en una aeronave. Para ello ha animoso preguntar a las personas que conocen mejor tanto los espacios en los aviones como el comportamiento de los pasajeros: el personal de cabina. Reuniendo pues, sus consejos, se ofrecen tres posibles estrategias para que nadie en el avión se entere de un posible momento de intimidad entre dos amantes pasajeros.
MEDIDAS GENERALES
Bebedero de la imagen, Getty Images. Empero la forma en la que cada uno lo hace difiere bastante de país en país. El programa de la BBC Crossing Continents realizó una investigación y descubrió hechos fascinantes en torno a la cultura y el sexo. Y es que cuando de tener sexo se trata, hay un poco de todo: desde personas que practican el celibato, hasta quienes bailan con manzanas en las axilas como parte de la conquista sexual. Los antiguos hawaianos acostumbraban darle nombres cariñosos a sus genitales.